«No hay ninguna razón por la que las casas no puedan producirse en fábricas como ocurre con los coches. Lo que sorprende es que el proceso esté tardando tanto en generalizarse». El arquitecto español Carlos Lamela, presidente de Estudio Lamela, es un convencido de la industrialización del mercado residencial y de las ventajas que ofrecen las promociones prefabricadas respecto a la construcción tradicional.
Lamela tiene experiencia en el diseño de viviendas industrializadas. En 2011 este estudio fue el encargado de diseñar, en la Ciudad Deportiva del Real Madrid, la residencia para el primer equipo, con una superficie de 7.285 metros cuadrados y sesenta habitaciones, y la cantera, con 7.099 metros cuadrados y 56 habitaciones.
Para Lamela las ventajas de los procesos industrializados son claras: una reducción de los plazos de ejecución, control de los procesos, mayor calidad en los acabados y una mejora en las condiciones laborales y de seguridad.
Actualmente en España existen pocas empresas especializadas en construcción modular. Además de Conspace, filial de Vía Célere, destaca Modultec, en Gijón (Asturias) y Neoblock, en Valdemoro (Madrid).
De acuerdo con Lamela, España cuenta con una oportunidad única para liderar a nivel mundial la arquitectura industrializada. «Dentro de cincuenta años todos los edificios se fabricarán en plantas industriales. Los procesos se desarrollarán como se producen hoy los coches y se podrá encargar el diseño por catálogo», asegura.
El arquitecto, sin embargo, considera que es necesario un «compromiso» de todo el sector. «Se requiere un cambio de mentalidad, un trabajo conjunto por parte de todos los actores del sector y avanzar en materia de ayudas públicas», advierte.